domingo, 24 de octubre de 2010

El pequeño Etsa.

Escritora Argentina. Leyenda shuar. Leyendas de Ecuador.

Cuentan los abuelos del pueblo shuar* que Iwia es un demonio terrible ¡un diablo! Tiene la costumbre de atrapar a los shuar y meterlos en su enorme bolsa . Una mañana y con engaños robó a Etsa, un shuar bebé. y, le hizo creer que él era su papá. Esto fue hasta que sucedió la historia que te voy a contar…

Cuando Etsa creció, todos los días salía a cazar para que el demonio Iwia ,que él creía su papá, comiera.
- Etsa,¡ hoy quiero tres pájaros de postre! – le ordenaba.
El muchacho regresaba con una bolsa llena de pájaros y aves .
Una mañana, cuando apenas empezaba su cacería, se asombró de que la selva estuviera en silencio. ¡No se oían ni trinos, ni gorjeos, ni arrullos, ni graznidos por ninguna parte!. Mientras Etsa se preguntaba qué estaba pasando se le acercó una paloma,
-Etsa : yo soy Yápankam .Mirá qie silenciosa y triste se ve nuestro hogar. Estoy sola .Has apresado a todos los pájaros y aves de este bosque y, casi llorando, le preguntó-¿me vas a matar a mí también?-
- No, creo que no, un ave solamente de qué le serviría a mi padre – y agregó - ¡ Este silencio es horrible!Ay, palomita…mi corazón sufre…¿cómo puedo ser tan distinto a mi padre?¡no quiero obedecerlo más!
Y se dejó caer , sollozando ,sobre un colchón de hojas .
Entonces Yápankam se acercó y poniéndole un ala en el hombro lo acarició .
-No le hagas más caso si lo que te pide daña a tu corazón. Además…no sigas en ese error: él no es tu papá. Hace tiempo te alejó de tus verdaderos padres. Etsa ¡tú eres ¡un shuar!…
Etsa miró con los ojos muy abiertos a la paloma pero…ella le estaba confiando algo que ya sentía en su interior.
-¿Soy un shuar?¿Yo soy de ese linda gente que vivía antes por acá?
-Sí, Etsa, eres un shuar…-y agregó- no puedes hacer nada para volver ya con tus padres, pero aún puedes ¡devolverle la vida a los pájaros!…
-¿ Cómo?¡-Etsa bajó la cabeza- Por favor ¿puedo?¡Si es lo que más deseo!- dijo el muchacho.
- Andá a tu casa y recogé las plumas que hayan quedado por todos los rincones y metélas en tu cerbatana*.Todas las que puedas. Cuando hayas terminado , corré a la selva y soplála con fuerza. Hacé lo que te digo, Etsa, El Espíritu de la Naturaleza cumplirá tu deseo
Etsa, corrió a su choza y anduvo durante dos días- sin que el diablo lo viera- juntado las plumas.
Y a la mañana del segundo día se fue hacia lo más tupido de los árboles y sopló.
¡Qué hermoso milagro! De su canuto empezaron a salir no plumas sino cientos de pájaros de todos los colores .Eran tantos, tantos que al poco rato cubrieron el cielo…después cada uno a su tiempo, fueron planeando hacia los árboles para re construir sus nidos.
A Etsa el corazón le saltaba en el pecho de la alegría..Y ¿querés saber cómo termina esta historia?
Jamás volvió con Iwia ni quiso enterarse más de la vida del diablo.
Se quedó en la selva, retozando y cuidando a los que ahora eran sus amigos Y ¡claro! también se quedó junto a Yápankam, la paloma, su amiga sabia, que lo había ayudado a cambiar su feo destino.

*Los Shuar son el pueblo amazónico más numeroso (aproximadamente de 80.000 individuos). Los Shuar habitan entre las selvas del Perú y Ecuador.

* Una cerbatana es un canuto en el que se introducen dardos, pequeñas flechas u otros elementos que se disparan soplando con fuerza desde uno de las puntas.

Actividades sugeridas:

-Conversemos:
¿Quién era Iwia?
¿Qué hizo un día?
¿Cómo se llamaba el niño shuar robado?
¿Qué le encargaba Iwia todos los días?
¿Qué descubrió una mañana?
¿Quién se acercó hasta él?
¿Qué preguntó la paloma?
¿Qué contestó Etsa?
¿Qué secreto le contó la paloma?
¿Qué solución mágica le dio al muchacho?.
¿De qué se ocupó el niño shuar desde aquel momento?

lunes, 18 de octubre de 2010

FÁBULA DE LA SERPIENTE Y LA LUCIÉRNAGA.


Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla.

La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: ¿Puedo hacerte tres preguntas?

No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente.

Entonces dime:
¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
¡No!, contestó la serpiente.

¿Yo te hice algún mal?
¡No!, volvió a responder su cazadora.

Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?
¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la serpiente.

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:

¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?
Sencillo... porque hay algunos(as) que no soportan verte brillar.

La envidia es uno de los peores sentimientos que podemos tener.
El hecho de que envidien tus logros, tu éxito, etc., ¡que envidien verte brillar! te va a afectar en más de una ocasión, pero cuando esto pase, ¡no dejes de brillar!

Continúa siendo tú mismo(a), sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran...

¡Sigue brillando y no podrán tocarte!, porque tu luz seguirá intacta, porque siempre habrá quien te apoye, porque tu huella permanecerá, porque el recuerdo de lo que fuiste e hiciste quedará, ¡pase lo que pase!

domingo, 10 de octubre de 2010

LAS RANITAS EN LA CREMA






Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de crema.

Inmediatamente sintieron que se hundían; era imposible nadar o flotar mucho tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos patalearon en la crema para llegar al borde del recipiente pero era inútil, sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sintieron que cada vez era más difícil salir a la superficie a respirar.

Una de ellas dijo en voz alta:

— "No puedo más. Es imposible salir de aquí, esta materia no es para nadar. Ya que voy a morir, no veo para qué prolongar este dolor. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril."

Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizás más tozuda, se dijo:

— "¡No hay caso! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo ya que la muerte me llega, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quisiera morir un segundo antes de que llegue mi hora."

Y siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro. ¡Horas y horas!.

Y de pronto... de tanto patalear y agitar, agitar y patalear, la crema, se transformó en manteca.

La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó hasta el borde del pote.

Desde allí, sólo le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa.

Jorge Bucay

sábado, 2 de octubre de 2010

DE TÍ DEPENDE...


Unos obreros estaban picando piedras frente a un enorme edificio en construcción.
Se acercó un visitante a uno de los obreros y le preguntó:
-¿Qué están haciendo ustedes aquí?
El obrero lo miró con dureza y le respondió:
-¿Acaso usted está ciego para no ver lo que hacemos? Aquí, picando piedras como esclavos por un sueldo miserable y sin el menor reconocimiento. Vea usted ese mismo cartel. Allá ponen los nombres de Ingenieros, Arquitectos, pero no ponen los nuestros que somos los que trabajamos duro y dejamos en la obra el pellejo.
El visitante se acercó entonces a otro obrero y le preguntó lo mismo.
-Aquí, como usted bien puede ver, picando piedras para levantar este enorme edificio. El trabajo es duro y está mal pagado, pero los tiempos son difíciles, no hay mucho trabajo y algo hay que hacer para llevar la comida a los hijos.
Se acercó el visitante a un tercer obrero y una vez más le preguntó lo que estaba haciendo. El hombre le contestó con gran entusiasmo:
-Estamos levantando un Hospital, el más hermoso del mundo. Las generaciones futuras lo admirarán impresionados y escucharán el entrar y salir constante de las ambulancias, anunciando el auxilio de Dios para los hombres. Yo no lo veré terminado, pero quiero ser parte de esta extraordinaria aventura.

El mismo trabajo, el mismo sueldo, la misma falta de reconocimiento; una misma realidad. Tres maneras distintas de vivirla: como esclavitud; como resignación; como pasión, aventura y desafío.
Piensa que el mundo es un infierno y lo será. Piensa que este mundo es parte del Paraíso y lo será.
Vivir con ilusión, convertir el trabajo en una fiesta, sentirnos parte de las buenas obras…

¡De ti depende!