martes, 30 de abril de 2013

El Tesoro al final del Arco Iris

EL TESORO AL FINAL DEL ARCOIRIS


AMISTAD
Había una vez, en un pueblo rodeado de montañas azules y desiertos, tres amigas que se querían mucho: se llamaban Rosy, Regina y Sofía ¡ Eran las mejores amigas del Mundo! Por las tardes, al salir de la escuela, se iban caminando juntas a sus casas.Un día, luego de salir de clases, se dieron cuenta que Sofía estaba llorando. De inmediato le preguntaron qué le pasaba.
•  Es que estoy muy triste porque mi papá no podrá venir para mi cumpleaños.-respondió ella.
Hacía tres años que su papá se había tenido que ir a trabajar en la pizca, al otro lado de la frontera. Cada cumpleaños de su hijita, el señor volvía sin falta para festejarla, y era la época más feliz para la niña. Pero una noche antes, había escuchado sin querer una conversación en la cual su mamá le decía a su abuelita que la cosecha de tomate se había arruinado con las nevadas, y por tanto, su papá no tenía dinero para regresar al pueblo. Desafortunadamente, la familia tampoco tenía dinero para mandarle.
•  ¡ Tengo una idea! - exclamó Rosy:- Mi abuelita Cuquita, que está en el cielo, me platicó una vez que al final del arcoiris hay
un tesoro de monedas de oro. Si lo encontramos, ese tesoro será suficiente para traer a tu papá de vuelta. Iremos juntas a buscarlo.
Los días pasaron, sin rastro del arcoiris. Una tarde al finalizar las clases, luego de la lluvia cantarina, el sol asomó su carita entre las nubes, y un arcoiris precioso apareció .Las niñas estaban emocionadas. ¡ Ahora, tenían que emprender el camino para hallar el tesoro!
Por primera vez en su vida, en lugar marcharse hacia sus hogares, se dirigieron hacia el Cerro de las Noas, detrás del cual estaba la Gran Ciudad. Ahí parecía estar el final del arcoiris. Las niñas iban admirando las florecillas que la lluvia había adornado con gotitas de diamantes.Caminaron por mucho tiempo, y Regina preguntó:
•  ¿Cuánto falta para llegar? Me duelen los pies, y ya me está dando hambre.
•  Hay que preguntarle a la señora ardilla.- sugirió Rosy, divisando a uno de estos animalitos, que observaba curioso al trío de chiquitas :- Hola,
•  señora ardilla...¿Falta mucho para llegar al final del arcoiris?
La ardilla sacudió la cabeza como diciendo " NO".
•  Ya ven - dijo Rosy :- Al ratito llegamos
Siguieron, ahora de subida, llenas de esperanza. Avanzaron entre los cactus y los conejitos que se asomaban a verlas, y ayudándose las unas a las otras cuando era necesario. De repente, el sol y el arcoiris se esfumaron, y se hizo de noche.
- ¡ Ya se fue el arcoiris! - dijo muy decepcionada Sofía. Fue cuando se dieron cuenta que no podrían regresar a casa, ya que la oscuridad se los impedía, y Rosy, que era la más decidida, determinó:
•  Ya casi llegamos a la cima. Pasaremos ahí la noche, y mañana, encontraremos el tesoro. No te apures, Sofía
•  Sí - afirmó Regina:- No te apures, Sofis, que vamos a encontrar ese tesoro para tu papá.
A pesar de los ruidos del viento y los aullidos de los coyotes, las niñas trataron de ser valientes, y tomándose de la mano, llegaron a lo más alto del Cerro. Ahí, la imagen enorme y silenciosa de un Cristo con los brazos abiertos las esperaba.
•  Él nos cuidará. ¡ Qué altote está! - dijo Sofía, muy animada. Bajo sus pies, la Gran Ciudad se desplegaba llena de luces de colores. Las niñas se sentaron al pie de la imagen, y abrazándose trataron de darse calor. De pronto, unos gritos las asustaron. ¿Quién sería, en medio de la noche? Unos hombres se acercaron a las pequeñas, con linternas en la mano.
•  ¡ Niñas! - les dijo uno de ellos, bigotón y de cara bondadosa:- ¡ Mucha gente las ha estado buscando, gracias a Dios que las encontramos!
Las llevaron en un automóvil a la Gran Ciudad, para que pasaran la noche bajo techo. Mientras les daban de cenar, las niñas explicaron a sus salvadores su odisea, y el motivo que las había llevado a emprender la excursión tan lejos de casa. La noticia del salvamento de las pequeñas y su historia se regó hasta en los programas de radio y televisión de la localidad. Al día siguiente, cuando las llevaron de vuelta a casa, las niñas pidieron perdón a sus familias por haberse ido sin permiso, y el señor bigotón las había encontrado expresó:
•  Ahora que están todos reunidos, y que ya pidieron perdón a sus papás, ¡les tenemos una sorpresa!
La historia de amistad de las pequeñas habían conmovido tanto a los habitantes de la ciudad, que habían organizado una colecta para traer de vuelta al papá de Sofía. ¡ Qué alegría! Había dinero más que suficiente para ello, y las niñas brincaban de contento.
Después de todo, la abuelita Cuquita había tenido razón. Al final del arcoiris, estaba el tesoro más maravilloso que cualquier ser humano pudiera desear: ¡ El tesoro de la verdadera AMISTAD!
Y colorín colorado, este cuento, se ha acabado.

AUTORA:
María del Rocío Acosta Rodríguez de Zupanc
PAIS: Canadá-México
E-MAIL: arcoirisenlaluna@hotmail.com


http://www.waece.org/cuentoscortos/CUENTOSCORTOS/index.htm

martes, 23 de abril de 2013

Esta es la historia de Abandonado, el perro de color melón.

Encontrado en el blog "En un pais muy lejano..."



Abandonado vivía en la calle. Lo echaron de su casa por ser de color melón.

-"¿Porque no seré de color blanco?"
Se preguntó la primera noche que pasó en la calle.

A Abandonado los coches siempre querían atropellarlo. Abandonado pensaba que era por ser de color melón.

-"¿Por qué no seré de color marrón?" Se preguntaba ya a salvo en la acera.

A Abandonado nadie le daba de comer. -"Seguro que es porque soy de color melón. "¿Por qué no seré de color negro?"
Pensaba frente a las cafeterías.

A Abandonado nadie lo acariciaba. -"¡Es porque soy de color melón!
¿Por qué no seré de color gris?" Se decía delante de las casas más bonitas.

Y así era su vida hasta que un día conoció en un parque a Tomás, un niño de cinco años.
Tomás le dijo: -"Hola ¿no tienes amigos? ¿estás solito?"
Abandonado no contestó pues era la primera vez que alguien le dirigía la palabra y pensó:
-"¿Pero es que no ve que soy de color melón?"

Tomás llamó a sus padres. La mamá de Tomás era muy dulce y le ató un pañuelo al cuello.
Los cuatro cruzaron las calles con cuidado para llegar a casa de Tomás.
Los coches se paraban para cederles el paso.

Ya en casa, Tomás le puso a Abandonado un tazón con agua fresca,
mientras su papá le preparaba una comida calentita y su mamá ponía
una mullida manta de cuadros en el suelo para que Abandonado se acostara.

Abandonado se bebió el agua, comió toda su cena y se tumbó en la manta.
-"¿No se dan cuenta de que soy de color melón?" Pensaba mientras se dormía.

Abandonado estaba tan a gusto que soñó por primera vez.
En su sueño tenía una casa caliente, los coches se paraban para que él pasara,
todos los días le daban de comer y siempre lo acariciaban...
¡a pesar de ser de color melón! Qué sueño tan bonito.

Cuando Abandonado despertó, el papá de Tomás le dijo:
-"¡Buenos días Meloncete, eres todo un dormilón!"
Después fue al salón donde la mamá de Tomás sonrió:
-"¡Pero bueno Meloncín ya estás despierto!"
Tomás apareció corriendo, se abalanzó sobre él y lo abrazó:
-"¡Vamos a jugar Meloncito!"

Abandonado no se lo podía creer:
"¡Pero bueno si no les importa que sea de color melón!" Era tan feliz.

Y así acaba la historia del perro de color melón que jamás volvió a llamarse Abandonado,
y sí Meloncete, Meloncín y Meloncito.


¿Os ha gustado la historia? ¿Tenéis mascotas en casa?

¡Aquí me despido, hasta la próxima!

domingo, 14 de abril de 2013

La Nueva Amiga Clara

LA NUEVA AMIGA CLARA
AMISTAD, RESPETO A LA DIVERSIDAD
Clara se alegró que por fin fuera sábado.
Su papá le había dicho que ese día que iba a conocer a una nueva amiguita.
Cuando llegaron a la casa de don Miguel, su esposa les abrió la puerta.
-Hola Clara, Lucía está esperándote en la sala, tiene muchas ganas de conocerte-, le dijo la señora con una gran sonrisa.
Clara también estaba muy impaciente por ver a Lucía, así que corrió al lugar donde le había dicho la señora que era la sala.
Allí encontró a una niña sentada en una especie de silla con unas grandes ruedas a los lados.
-¿Qué es ese carrito en el que estás sentada?-, preguntó Clara.
-No es un carrito, es mi silla de ruedas-, respondió Lucía.
-¿Y para qué sirve?, Clara sentía curiosidad.
-Es que como no puedo caminar, con la silla de ruedas puedo ir a cualquier parte, le explicó Lucía.
-¿No puedes caminar?-, preguntó Clara un poco triste, porque a ella le gustaba mucho jugar pelota, y quería jugar pelota con Lucía, - ¿y puedes jugar?
-Claro que sí, ayer me regalaron un juego de memoria y si quieres podemos jugar - respondió Lucía muy contenta.
-¡Sí, a mí me gusta mucho jugar memoria!
Y así, las dos niñas estuvieron jugando toda la tarde, primero memoria, después armando un rompecabezas y luego haciendo castillos con trocitos de madera.
De regreso a casa, Clara estaba feliz. Ahora tenía una nueva amiga. Y Lucía le había prometido que la próxima vez, jugarían juntas a las muñecas.

AUTOR:
Tania Hernández
PAIS: Alemania
E-MAIL: ixmucane@gmx.net


http://www.waece.org/cuentoscortos/CUENTOSCORTOS/index.htm

domingo, 7 de abril de 2013

LA TORTUGA

Actividad para niñ@s de 3 a 7 años. Niveles: Intantil y 1º de Primaria.

Cuento utilizado en escuelas del programa PATHS creado por el psicólogo evolutivo Mark Greenberg y su colega Carol Kusché. ("Goleman, D. Emociones destructivas. Cómo entenderlas y superarlas. Ed.Kairós. Barcelona. 2003")

Pautas dadas por Mark Greeberg para trabajar el cuento:

OBJETIVO: que los niñ@s cobren conciencia de sus emociones antes de que se conviertan en conductas destructivas.  También les ayuda a a asumir su propia responsabilidad y a controlarse, que además de ser gratificante contribuye muy positivamente a su proceso de desarrollo y maduración.
Primero leemos el cuento,  hablamos sobre él, qué nos enseña, practicamos la calma (recurriendo siempre al cuerpo),... Una buena forma de interiorizarlo es bajo la representación en los sucesivos días, donde los niñ@s puedan desempeñar los distintos papeles: la vieja tortuga, la tortuguita, el maestro y algún compañer@., de esta manera los niños van adquiriendo la capacidad de asumir los distintos puntos de vista.

HACER LA TORTUGA: en distintos contextos y siempre recurriendo al cuerpo, se les enseña a l@s niñ@s a respirar profundamente al tiempo que cruzan los brazos sobre el pecho (durante un minuto) provocando un efecto calmante. Es necesario que el adulto practique todas las veces que haga falta con el niño "Veo que estás muy enfadado. Vamos a tranquilizarnos. Yo haré contigo la tortuga. Inspiremos juntos.... ¿Ya estás más tranquilo?" Una vez interiorizada esta habilidad se les enseña a hablar consigo mismo, como un modo de controlar su conducta, que aprenda a utilizar el lenguaje como un sustituto de la representación conductual.


REFUERZO de lo aprendido:  cada vez que l@s niñ@s consiguen hacer la tortuga se les puede recompensar con un cuño de tinta de una tortuga o con un adhesivo (muestra para imprimir más abajo).



FUENTE: http://inteligenciaemocionalenlaescuela.blogspot.com.es/2012/02/cuento.html