(Cuentos infantiles. Cuentos para pensar).
Sana es un niño que nació en un planeta muy lejano, vecino del señor Sol.
Curioso y aventurero, decidió visitar a los niños terrícolas, para conocerlos y jugar con ellos.
Como es muy afectuoso y obediente, sus padres le permitieron viajar y le construyeron una nave sencilla.
Primero recorrió la ciudad, observando a la gente y su ropa, a los automóviles, a los árboles y a los edificios. Todo lo sorprendía, pero ante tanto colorido tuvo la agradable sensación, de estar paseando por el arco iris.
Luego buscó un lugar apropiado para descender y dejar su nave. Llegó a una plaza y escondido detrás de una arboleda, espió a los chiquillos que jugaban con elementos que le eran desconocidos. Algunos perseguían una esfera, a la cual le propinaban bruscos golpes con los pies. Otros montados en aparatos con ruedas y asiento, recorrían los senderos cuidando no pisar las flores.
Sana tenía temor que al verlo, los nenes se asustaran o no le permitieran compartir los juegos, ya que él no es igual a ellos, aunque es un niño como ellos.
Suspiró, contó hasta tres y silbando se fue acercando al grupo.
El primero que lo vio, sorprendido preguntó:- ¿Y ese quién es?-
Lo miraron con el rabillo del ojo. No lo rechazaron y enseguida lo rodearon haciéndole muchas preguntas; -¿De donde vienes?, - ¿A quien buscas? - , -¿Cuál es tu nombre?-
Ya más tranquilo, Sana intentaba contestar a todos para no ofender a nadie.
Los peques no lo podían creer y estaban encantados con el visitante.
-Vamos a los juegos- propuso una nena con pecas.
Lo mantuvieron toda la tarde de aquí para allá, subiendo y bajando, corriendo y saltando, hasta que Sana se sentó y exclamó:- no puedo jugar más. Estoy muy cansado.-
Los niños en su afán por ayudarlo en todo, no se habían dado cuenta que estaban fatigados y también se sentaron.
-¿Qué te parecieron nuestros juegos?- quiso saber la misma nena con pecas.
- Me gustaron mucho, son muy lindos.- Les cuento que la hamaca me provocó cosquillas en la pancita y al tobogán me subí muy confiado, pero al ir deslizándome tan rápido pensé que me rompería la nariz contra la arena.-
La risa ensordecedora de todos, sobresaltó a las palomas, que de inmediato echaron a volar.
La visita de Sana, logro que este día fuese especial y los nenes le aseguraron que siempre serian amigos.
Muy emocionado y en agradecimiento a tanto cariño recibido, Sana les prometió que volvería para llevarlos a dar una vuelta por su planeta.
Y así se despidió con un ¡hasta pronto mis amigos!
María Consuelo Alvarez
Escuche Sana nos visita.
sábado, 28 de febrero de 2009
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