El payasito se da de patadas en la nariz.
Gira como un rulemán y no se cansa.
Es medio acróbata el payasito y medio tonto también.
Se queda colgado cabeza abajo o sentado o con una pata detrás de la oreja.
Pero no; no es tonto el payasito.
Aunque gire y se quede enroscado
en el alambre como un yo-yo
o un trompo o una figurita de las redondas.
El payasito no es tonto,
porque es de madera pintada como el soporte que lo sostiene:
una hache de madera de pino, que la mano del niño vuelve a apretar,
para que se enrosque y gire y se vuelva a enroscar, siempre.
Ilustración : Betania Zacarias ( Argentina)
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