jueves, 28 de julio de 2011

LA CASA DE LOS MIL ESPEJOS



Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Cierto día, un perrito buscando refugio del sol, logró meterse por un agujero de una de las puertas de dicha casa. El perrito subió lentamente las viejas escaleras de madera. Al terminar de subir las escaleras se topó con una puerta semiabierta; lentamente se adentró en el cuarto. Para su sorpresa, se dio cuenta que dentro de ese cuarto habían mil perritos más observándolo tan fijamente como él los observaba a ellos. El perrito comenzó a mover la cola y a levantar sus orejas poco a poco. Los mil perritos hicieron lo mismo.
Posteriormente sonrió y le ladró alegremente a uno de ellos. El perrito se quedó sorprendido al ver que los mil perritos también le sonreían y ladraban alegremente con él. Cuando el perrito salió del cuarto se quedó pensando para sí mismo: "¡Que lugar tan agradable! ¡Voy a venir más seguido a visitarlo!"
Tiempo después, otro perrito callejero entró al mismo sitio y se encontró entrando al mismo cuarto. Pero a diferencia del primero, este perrito al ver a los otros mil perritos del cuarto se sintió amenazado ya que lo estaban viendo de una manera agresiva. Posteriormente empezó a gruñir; obviamente vio como los mil perritos le gruñían a él. Comenzó a ladrarles ferozmente y los otros mil perritos le ladraron también a él. Cuando este perrito salió del cuarto pensó: "¡Que lugar tan horrible es este! ¡Nunca volveré a entrar allí!"
En el frente de dicha casa se encontraba un viejo letrero que decía: "La casa de los 1000 espejos".
Varias veces he escuchado que "todos los rostros del mundo son espejos"...
¿Como te gustaría enfrentar al mundo?
Decide cual rostro mostrarás y decide llevarlo por dentro......

martes, 12 de julio de 2011

El gato Bigotes.

El gato bigotes. Rima infantil. Literatura infantil y juvenil


El gato bigotes


El gato bigotes no puede comer,

una astilla en la pata le impide correr.

No puede ratones salir a cazar,

tendido en su cama se pone a llorar.


Gaby Higashionna



lunes, 4 de julio de 2011

La leyenda del crespín.

Leyenda de Argentina. Leyendas de América.


La leyenda del crespín



Era un matrimonio de campesinos que se dedicaban a labrar y cultivar la tierra para poder ganar para vivir, pero mientras el hombre era trabajador, paciente y resignado, la mujer era haragana, despreocupada, sobre todo, amiga de los bailes y las bebidas, viviendo el primero, contento con su suerte, mientras que la mujer, malhumorada y triste, le amargaba la vida a cada rato. Un año en que la cosecha era más abundante, que nunca, Crespín sesgaba su trigo bajo el sol de verano, trabajando mas horas de las que podía resistir un hombre, debiendo hacerlo todo el solo, pues su mujer no era capaz de atar una gavilla de trigo.
Un día se enfermo y solicito a su mujer que fuera al pueblo cercano a traerle medicamentos y le recomendó que volviera pronto pues necesitaba sanar lo antes posible para continuar la cosecha, la mujer fue hacia el pueblo y se encontró que en uno de los ranchos del camino estaban de fiesta y se acerco solamente para descansar un rato, pero se fue dejando ganar por la alegría y comenzó a beber, cantar y bailar. El chipá, la caña, los chamamés y polcas despertaron en ella su afición de siempre y se entrego a la diversión ciegamente.
Cuando mas entretenida estaba , la vinieron a llamar, pues su marido se había agravado y reclamaba la presencia de ella, pero lejos de correr en presencia de su moribundo marido, dijo que la vida era corta para divertirse y larga para sufrir. Lo mismo respondió al segundo y tercer día que la vinieron a buscar y avisarle que su marido se moría, y cuando finalmente le avisaron que ya había muerto, no dio importancia y siguió bailando.
Unos vecinos piadosos y condolidos de la suerte del pobre CRESPIN, lo velaron y enterraron sin que la mujer interviniera para nada, tan ocupada estaba en divertirse.
Finalmente, pasados varios días y cuando ya la diversión finalizaba, regreso la mujer a su hogar y se encontró en la más terrible soledad. Lloró y sufrió su pena, y durante varios días y noches deambuló por los campos, llamando a su marido. Enloquecida de dolor , le pidió a Dios que le diera alas para proseguir su búsqueda, y Dios la convirtió en ave.
Desde entonces, es el pájaro huraño y solitario que en las épocas de las cosechas llama a su compañero con dolido acento: crespín…crespín