sábado, 4 de junio de 2011

EL ECO...


Un hijo y su padre estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, se lastimó y gritó: – ¡ ¡ ¡ AAAhhhhhhhhhhhhhhh ! ! !”.

Para su sorpresa, oyó una voz repitiendo, en algún lugar en la montaña: – “¡¡¡ AAAhhhhhhhhhhhhhhh !!!”


Con curiosidad, el niño grito: – “¿ Quién eres tú?”

Recibió de respuesta: – “¿Quién eres tú?”

Enojado con la respuesta, grito: – “¡ Cobarde !”

Recibió de respuesta: – “¡ Cobarde !”

Miró a su padre y le preguntó: – “¿Qué sucede?”

El padre sonrió y dijo: – “Hijo mío, presta atención”. Entonces el padre gritó a la montaña: – “¡ Te admiro !”

La voz respondió: – “¡ Te admiro !”

De nuevo el hombre gritó: “¡ Eres un campeón !”

La voz respondió: – “¡ Eres un campeón !”

El niño estaba asombrado, pero no entendía. Luego el padre explicó:

- “La gente lo llama ECO, pero en realidad es la VIDA…Te devuelve todo lo que dices o haces… Nuestra vida es simplemente reflejo de nuestras acciones. La vida te dará de regreso exactamente aquello que tú le has dado.”

Encontrado en el "Blog Mis Cuentos favoritos".

martes, 24 de mayo de 2011

El cazador y los conejos.

Fábulas infantiles de Félix María Samaniego. Fábulas con imágenes. Fábulas cortas. Niños.


El cazador y los conejos



Poco antes que esparciese
Sus cabellos en hebras
El rubicundo Apolo
Por la faz de la tierra,
De cazador armado,
Al soto Fabio llega.
Por el nudoso tronco
De cierta encina vieja
Sube para ocultarse
En las ramas espesas.
Los incautos conejos
Alegres se le acercan.
Uno del verde prado
Igualaba la hierba;
Otro, cual jardinero,
Las florecillas siega;
El tomillo y romero
Éste y aquél cercenan;
Entre tanto al más gordo
Fabio su tiro asesta;
Dispara, y al estruendo
Se meten en sus cuevas
Tan repentinamente,
Que a muchos pareciera
Que, salvo el muerto, a todos
Se los tragó la tierra.
Después de tanto espanto,
¿Habrá alguno que crea
Que de allí a poco rato
La tímida caterva,
Olvidando el peligro,
Al riesgo se presenta?
Cosa extraña parece
Mas no se admiren de ella.
¿Acaso los humanos
Hacen de otra manera?



lunes, 16 de mayo de 2011

El pelotazo.

Fábulas infantiles de Miguel Agustín Príncipe. Fábulas con imágenes. Fábulas cortas. Niños.


El pelotazo


Un chiquillo un chicazo
Le encajó tan tremendo pelotazo,
Que le hizo un gran chichón en el cogote;


Mas la pelota al bote
Volviendo atrás con ímpetu no flojo,
Tornó por donde vino;
Y encontrándose un ojo en el camino,
Al autor del chichón dejó sin ojo.


No haga al prójimo mal quien esto note,
Porque el mal es pelota
Que vuelve contra el mismo que la bota,
O miente el pelotazo en el cogote.



domingo, 8 de mayo de 2011

El hombre que llevaba sombrero de Panamá. Escritora española de cuentos infantiles.


Cuentos con dedicatoria.



Hubo una vez un hombre
que era muy inteligente y amable,
el hombre más inteligente y amable
que jamás pudieras imaginar.


Los médicos querían descubrir
la razón de su extraordinaria sabiduría,
así que aceptó que le operaran.


Los médicos investigaron dentro de su cerebro
pero no pudieron encontrar nada especial,
nada que fuera diferente de cualquier otro hombre.


Así que hubo una gran discusión científica
sobre la ausencia de hallazgos…
y la comunidad científica sugirió
que debía ser examinado una vez más.


Así que volvió a llevar vendas alrededor de su cabeza
para evitar que escapara su ‘sabiduría’.


Pero Ángela, su bella y encantadora esposa,
decidió hacerle un regalo.


Era un bonito sombrero de Panamá.


Llevó el sombrero de Panamá
durante la primavera y todo el verano
para cubrir su cabeza y evitar que su ‘sabiduría’ escapara como predecían los médicos.


Pero el hombre se acostumbró a usar el sombrero
y lo continuó llevando durante todas
las estaciones del año.


Así que pronto los sombreros de Panamá
se pusieron de moda.
Todo el mundo quería llevarlos
porque se habían convertido en símbolo de su sabiduría.


Algunos años después, los médicos se dieron por vencidos porque no lograban encontrar ninguna pista
sobre la razón de su sabiduría, ni siquiera con las más sofisticadas técnicas de neuroimagen.


Lo que los médicos no sabían era que la sabiduría
de ese hombre no provenía de su cabeza sino de un lugar más profundo. Un lugar en el que los médicos nunca pensaron, donde nunca miraron…
y sólo su esposa y su hija, Tristin Elizabeth, sabían.


El secreto familiar se transmitió de generación en generación.


Los descendientes del hombre sabio
continuaron usando sombreros de Panamá
y cuando veían a una mujer hermosa
,que les recordaba a Ángela,


.. o alguien que merece respeto,
hacían un gesto aprendido de sus antecesores:
se quitaban el sombrero, inclinaban la cabeza y amablemente apoyaban el sombrero cerca del corazón.


Todavía hoy, alguna gente lo hace,
como símbolo de sabiduría, de simpatía y amabilidad
sin saber que este gesto desvela el secreto familiar…


Que la sabiduría de
‘El hombre que llevaba sombrero de Panamá’
no provenía de su cerebro sino de su gran corazón.


Fin


Este cuento está dedicado a Bill, esposo de Ángela y padre de Tristin Elizabeth que hoy 13 de marzo ha sido operado por segunda vez. Y a mis amigos Efosa Oghagbon,Alejandro Lecaro que durante este fin de semana han demostrado que con un poquito de ‘Oyakudachi’ (www.oyakudachi.eu) el mundo sería un poquito mejor.