Tres tristes tigres
tragaban trigo
en tres tristes trastos
sentados tras un trigal.
Sentados tras un trigal,
en tres tristes trastos
tragaban trigo
tres tristes tigres.
domingo, 22 de agosto de 2010
TRES TIGRES
lunes, 16 de agosto de 2010
La cierva dorada.
Mitos. Leyendas celtas. Leyendas cortas. Cuentos.
Durante una cacería por los bosques, el famoso Finn Mc Cumhaill, vió cruzar repentinamente la senda que seguían, a una hermosa cierva dorada, lo cual hizo que los perros se lanzaran en su persecución. Luego de varias horas de seguirla, llegaron a un fresco valle, donde la cierva, sin duda muy cansada por la carrera, se detuvo y cayó al suelo.
Inmediatamente, los perros se lanzaron hacia ella, pero para el asombro de Finn, en lugar de atacarla, comenzaron a jugar a su alrededor, lamiendo su cara y su cuello. Finn dió órdenes de que nadie la dañara, y todos comenzaron el regreso hacia el castillo, con la cierva y los perros siguiéndolos, jugando armónicamente mientras lo hacían.
Durante la noche, Finn despertó sobresaltado, y vio parada al lado de su cama a la mujer más bella que jamás se hubiera visto. “Yo soy Sadv, querido Finn, -dijo la dama- y soy la cierva que seguiste hoy. Como no quise brindarle mi amor al druida del Pueblo de las Hadas, me hechizó condenándome a llevar esa forma, de esto hace ya tres años. Pero uno de sus esclavos, un buen amigo, me dijo que si lograba entrar en la fortaleza de Allen, recuperaría mi forma original.”
Y así Sadv se quedó a vivir en el castillo, como esposa de Finn, cuyo amor era tan profundo que ya no sentía deseos de ir a la guerra o de cacería. Pero una mañana le llegó la noticia de que se avecinaba un ataque por mar; los Hombres del Norte se encontraban en la bahía de Dublín y venían hacia su dominio.
Sólo siete días permaneció Finn fuera de su casa. Al regresar, no vió a Sadv esperándolo, entonces preguntó a sus sirvientes por ella. Uno de ellos, el más fiel y servicial, con mucha pena le dijo: “El día antes del de ayer, nos pareció veros llegar, y todos nos apresuramos hacia el portal, pero en cuanto la Reina Sadv lo cruzó, un fantasma apareció la cubrió con niebla y en su lugar sólo quedó una cierva dorada. Los perros la acosaron y no le permitieron volver al portal, obligándola a huir hacia el bosque. No la volvimos a ver más.”
Finn se estrujó las manos, y se retiró con muchísimo pesar a sus habitaciones. Jamás fué el mismo, y durante siete años la buscó por toda Irlanda. Finalmente, siguiendo un rastro de jabalíes en losmontes de Ben Gulbann, oyó que los perros ladraban furiosamente. Se llegó hasta allí, y descubrió un niño desnudo, de largos cabellos rubios. Finn y sus hombres alejaron a los perros, y condujeron al niño al castillo.
Cuando pudo hablar, contó que nunca había conocido a sus padres, sino sólo a una bella cierva dorada, con quien había vivido en un valle profundo y hermoso. Esto había sido así hasta que una tarde descendió una niebla espesa y cubrió a la cierva, haciéndola desaparecer de su lado.
Inmediatamente comprendió Finn que la cierva no era otra que su amada Sadv, y este niño, su hijo. Lo nombró Oisín (pequeño ciervo), quien más tarde se transformó en un famoso guerrero, y casó con Niam, la del pelo dorado.
Mitos y Leyendas Celtas” Roberto Rosaspini Reynolds
Extracto y adaptación Fabiana Kofman
lunes, 9 de agosto de 2010
PAPEL ARRUGADO.
Mi carácter impulsivo, me hacia reventar en cólera a la menor provocación, la mayoría de las veces después de uno de éstos incidentes, me sentía avergonzado y me esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día cierta persona, me vio dando excusas después de una explosión de ira, me llevó a un lugar tránquilo y me dio una hoja de papel y me dijo:
- ¡Estrújalo!
Asombrado obedecí e hice con él una bola
- Ahora -volvió a decirme- déjalo como estaba antes.
Por supuesto que no pude dejarlo como estaba, por más que traté ,el papel quedó lleno de pliegues y arrugas.
- El corazón de las personas -me dijo- es como ese papel; La impresión que en ellos dejas, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel.
Así aprendí a ser más comprensivo y paciente. Cuando siento ganas de estallar, recuerdo ese papel arrugado.
La impresión que dejamos en los demás es imposible de borrar.
Cuando hacemos daño con nuestras reacciones o con nuestras palabras, al final , dañamos a los demás y a nosotros mismos.