EL TALENTO, LA COMPASIÓN Y EL HONOR.
El primer arcón era grande y muy pesado. En él estaba la palabra escrita TALENTOS y estaba llena de monedas de oro y plata, una fortuna con la que podía comprar el mundo.
El segundo aun era más grande y pesado. En él estaba grabada la palabra COMPASIÓN y estaba lleno de anillos mágicos. Cada anillo permitía a la persona que lo llevaba sentir las emociones de la persona o criatura que deseara.
El tercero era el mayor de los tres y también el más pesado. En él estaba escrita la palabra HONOR, pero el muchacho desconocía su contenido.
El chico tenía dos llaves, una para el arcón de los TALENTOS y otra para el de la COMPASIÓN. Pero su padre no le había dejado la llave del HONOR. Su padre le había dicho que debía usar los talentos y que la compasión... era algo que siempre debía tener a mano y a plena disposición. El honor, le había dicho, es algo que suele desaprovecharse fácilmente. Para poseerlo, el muchacho debía encontrar por sí mismo la llave que abría el arcón.
El chico cogió el gran arcón de los talentos y lo gastó con cuidado. Por cada talento que gastaba recibía de un hombre el título de una parcela de tierra, y acabó poseyendo el mundo entero.
Después cogió el arcón más grande y pesado: el de la compasión. Uno tras otro se colocó todos los anillos en los dedos y pudo comprender las esperanzas y los temores de todas las personas y animales del mundo. Cuando hubo acabado, los amaba a todos y se convirtió en un gran gobernante.
Por último cogió el arcón del honor y buscó una llave para abrirlo. Donde quiera que fuese, ordenaba a sus sirvientes que llevaran todas las llaves que encontraran y que las probaran. Mucha gente lo instó a que rompiera el arcón y viera su contenido, pero el joven rechazó la sugerencia, porque la violencia no podía ser la llave del honor. Durante 10 años dio la vuelta al mundo sin encontrar la llave del honor.
- Alguien la esconde - pensaba -, pero la encontraré.
Volvió a salir de su mundo, llevándose con él el arcón de la compasión. Cuando alguien se acercaba para darle más llaves se ponía un anillo para ver si sus corazones escondían alguna llave especial que le permitiera abrir el arcón. Muchos volvieron a insistir en que rompiera el arcón, pero el hombre, ya mayor, se negó. Volvió a viajar durante 20años más pero no consiguió encontrar la llave del arcón del honor.
- Poseo el mundo y los corazones de todos sus habitantes - pensaba -¿Como puede un hombre sin honor gobernar el mundo y sus corazones?.
Volvió a salir al mundo, llevándose consigo tambien el arcón de los talentos, lleno de heroicidades.
- No he encontrado la llave del honor y no puedo gobernar este mundo ni los corazones de su gente si no tengo honor - dijo a sus servidores, entregando a cada uno de ellos una parcela de tierra y un anillo mágico.
Muchos volvieron a insistir en que rompiera el arcón, pero el anciano se negaba constantemente. En los últimos 40 años había recorrido el mundo tres veces y ya era un hombre muy mayor. Ya sólo le quedaban tres arcones, dos de ellos vacíos y uno que no podía abrir.
- En una ocasión el mundo y toda la gente me pertenecieron. Ahora mis talentos han desaparecido, se me ha acabado la compasión y no tengo nada que dejarle a mi hijo, salvo este arcón que no puedo abrir.
Pero cuando tocó el arcón con la mano, éste se abrió y vió que en su interior había dos arcones cerrados. En uno estaba la palabra grabada TALENTOS, y en el otro COMPASIÓN, y cada uno tenía su llave puesta.
- Ahora lo entiendo -se dijo-. El honor no es algo que pueda gastarse o utilizarse, sino algo que hay que consevar. La clave del honor es conservarlo, siempre, y transmitírselo a tu hijo como herencia. ¡Como me alegro de no haberme cansado nunca de cargar con él y de no haberlo roto para conocer su contenido!.
Con mucho cuidado sacó los arcones de los TALENTOS y de la COMPASIÓN fuera, y al cerrar el del honor, vacío, el arcón volvió a pesar lo mismo que cuando tenía los dos arcones en su interior.
Entonces hizo llamar a su hijo.
- Hijo, yo ya soy muy mayor y me gustaría darte estos tres tesoros...
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