sábado, 4 de agosto de 2012

¿Conoces al rey de los enanos?

Encontrado en el blog "Cuento a la vista"
¿Qué enano soy?

Por Frauke Samland

Érase una vez que se era...aunque a lo mejor no era... que vivía un rey riquísimo en un reino grandísimo. Este rey poseía todas las cosas que deseaba. Aún así estaba muy triste porque le faltaban verdaderos amigos. Todos los presuntuosos cortesanos que le rodeaban siempre decían lo que él quería oír. Esto disgustaba mucho al rey.

El súbdito que mejor le caía era su querido pintor de cámara. Le gustaba tanto que el rey a veces solía visitarle en su estudio yendo a pie hasta el otro lado del palacio real. El pintor retrataba al rey y también a las princesas y los príncipes: pintaba a toda la corte, incluso a aquellos cortesanos presuntuosos.

El rey se aburría cada vez más así que un día pidió a su pintor: “Pintor, ¡píntame otra cosa!” “¿Pero qué?” preguntó éste. “Píntame una composición que ningún artista se haya atrevido a pintar antes, ¡algo extraordinario!“contestó entonces el rey.

Enseguida empezó a dar vueltas sobre qué sorprendente cuadro podría gustarle al rey. Muy pronto se dio cuenta de que la familia real no solo estaba rodeada de presuntuosos cortesanos sino que también existían entre ellos unos personajes alegres: los bufones y los enanos. Ellos eran los que intentaban animar al rey. El artista decidió pintar a aquellos bajitos y torcidos enanos, que encarnaban justo lo opuesto de la presuntuosa y extravagante pedantería de la corte. Así que fue llamando a los pequeños bufones a su estudio.

Primero llegó don Diego de Acedo en su traje más fino para dejarse pintar. Don Diego era un hombre importante. Gracias a él, el rey no tenía que firmar ningún documento en persona.

Don Sebastián de Morra apareció después y también se dejó pintar con placer. Era el compañero del príncipe y acababa de volver desde los Países Bajos. Sebastián tenía una personalidad tenaz. Por eso el infante le permitía seguir poniéndose la ropa colorida de su tierra materna a pesar de que la corte vestía de negro.

Francisco Lezcano era un personaje alegre. Solía acompañar al rey en las cazas reales y ayudaba a capturar al venado.

Calabacillas era un personaje excepcional. Todos los presuntuosos cortesanos estaban convencidos de que tenía la cabeza hueca, pero en realidad era muy listo. Con su mirada de loco les tomaba el pelo a todos mientras secretamente se reía sobre la necedad de aquellos.

Cuando el rey contempló a sus pequeños compañeros en los lienzos del pintor se quedó maravillado, así que le encomendó otro cuadro. Quería que éste representase a la familia real con los enanos a su lado.

El pintor se puso a trabajar y a trabajar, y a trabajar… y creó una obra que con el tiempo se convertiría en su cuadro más famoso. Un cuadro con la infanta en el centro rodeada de cortesanos y enanos. Y no solo eso: si observas con mucha atención este cuadro, podrás encontrar también al rey y a la reina dentro del cuadro…



El cuento está inspirado en uno de los pintores más importantes del arte español: ¿Sabes de qué cuadro y de qué pintor estamos hablando? ¿Y sabes quién es el enano de la ilustración?

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